La década hacia adelante verá la transición de la electricidad entrar en una nueva fase. Una disminución permanente en los combustibles fósiles en el sector eléctrico a nivel mundial ahora es inevitable, al provocar una caída en las emisiones del sector. Ya se estima que las adiciones de electricidad limpia, encabezadas por la electricidad solar y eólica, dejarán rezagado el crecimiento de la demanda en la próxima década, asegurando las reducciones moderadas en el uso de los combustibles fósiles y por ende las emisiones, incluso si la demanda se acelera para cubrir las necesidades en aumento de electrificación y otras tecnologías en auge.
Para alcanzar los objetivos internacionales de cambio climático, esto es fundamental, ya que múltiples análisis concluyen que el sector eléctrico debería ser el primero en descarbonizarse para 2035 en los países de la OCDE y para 2045 para el resto del mundo. El sector eléctrico es el actual mayor emisor porque produce más de un tercio de las emisiones del dióxido de carbono relacionadas con la electricidad. La electricidad limpia es también clave para descarbonizar el transporte, el calentamiento y parte de la industria al reemplazar la quema de combustibles fósiles que actualmente ocurre en los motores de automóviles y autobuses, calefones, calderas y otros usos. Una transición acelerada a una economía electrificada limpia que funciona con electricidad eólica, solar y otras formas de electricidad limpia también desbloquearán los beneficios en áreas como el crecimiento económico, empleos, calidad de aire y soberanía de electricidad.
El ritmo de las disminuciones en las emisiones estará determinado por la rapidez con la que continúe la expansión de la electricidad limpia. Existe un consenso global sobre la escala de ambición necesaria. En la 28.a conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP28) que se llevó a cabo en diciembre, los líderes mundiales llegaron a un acuerdo histórico para triplicar la capacidad de las energías renovables a nivel mundial para 2030. El objetivo vería el mundo alcanzar el 60 % de la energía renovable para 2030, al reducir casi a la mitad las emisiones del sector eléctrico y posicionar al mundo en un camino alineado con el objetivo climático de 1,5 °C. En la COP28, los líderes mundiales también acordaron duplicar las mejoras anuales de la eficiencia de la electricidad para 2030, que será crucial para lograr el potencial completo de la electrificación y evitar el crecimiento desmedido en la demanda de electricidad.
Los países ya están mostrando los facilitadores clave que incitan el crecimiento rápido en la electricidad solar y eólica, incluida la ambición política de alto nivel, los mecanismos de incentivos y las soluciones de flexibilidad. En el informe se destacan tres países, China, Brasil y Países Bajos, que muestran que, a pesar de los puntos de partida, la combinación de estos tres enfoques está logrando transformaciones rápidas de sus sistemas eléctricos y preparando el camino para una economía electrificada y limpia.